Cuadernillo de anécdotas de un aventurero por la Peña de Arias Montano

11 / octubre / 2022

Estaba viendo en el perfil de Instagram del Patronato de Turismo de Huelva un post sobre un lugar que alberga una auténtica puerta a la naturaleza, ubicado dentro del Parque Natural Sierra de Aracena Y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva. Este sitio alberga en su interior un regalo para el viajero, un aire de misterio, de solemnidad por el paso del tiempo y, sobre todo, de historia, de mucha historia. Por eso, decidí ir allí a investigar y matar el bichillo de la curiosidad, que muchas veces no te deja tranquilo hasta que le das algo de aventura y diversión.

Así que nada, me vestí, me até los cordones de las botas bien fuerte, metí en la mochila mi cámara, algo de comida y mi cuaderno de bitácora (o como yo lo llamo, “el cuadernillo de las anécdotas de después”). Abrí la puerta y me puse en marcha con mi moto.

Resulta que la Peña de Arias Montano y Cuevas de Alájar son un conjunto de lugares formados por una enorme masa de roca caliza que culmina en una especie de meseta (a 746  metros de altitud nada más y nada menos) sobre el valle donde se asienta la población del municipio de Alájar

Así que, lo primero que descubrí es que la Peña de Arias Montano se ubica en el municipio de Alájar y que fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en el año 1982. Al asomarme a su famoso mirador pude ver con claridad la belleza que muchas personas han visitado, fotografiado y donde han compartido momentos que seguro que fueron maravillosos. Su paisaje es, sencillamente, una auténtica pasada. Investigando pude averiguar que, la abundancia de su flora, su fauna y el agua que brota formando lagos y cavidades hizo que Alájar fuese desde época muy antigua un asentamiento de interés para comunidades y civilizaciones desde la Edad del Bronce hasta la actualidad. Por lo que no es de extrañar que sea un Bien de Interés Cultural y forme parte del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Profundizando más en mi investigación descubrí que este macizo calcáreo comparte asentamientos del Calcolítico de la Edad del Bronce, de la época romana, de la ibero-púnica, de la musulmana y en definitiva de todo el proceso de desarrollo que tuvo Alájar en los siguientes años, pasando por la Edad Moderna hasta la actualidad. Vamos, que es completamente apasionante poder ver sus restos arqueológicos (utensilios de cerámica, colmillos de animales y otros), los cuales han sido de gran importancia para comprender la historia y cultura de las civilizaciones de esos procesos históricos, del mismo modo que nos ayuda a documentar el patrimonio y legado del Parque Natural Sierra de Huelva y Picos de Aroche.Tu imagínate lo que haría cada cultura que ha dejado su paso por Alájar, cómo vivirían, que celebrarían…

Otra de las curiosidades que mi cabeza tenía fue conocer el nombre de Alájar, ya que por el prefijo “Al” me sonaba a que podía ser de influencia árabe durante la época musulmana en la Península Ibérica. Y..¡eureka! En efecto el nombre de Alájar hace alusión a La Peña, ya que el significado del nombre del municipio es “la piedra”. Por tanto, no es de extrañar que si vamos al casco urbano más antiguo pueda observarse que su trazado de callejuelas estrechas y reviradas sean de este mismo periodo. Fue Alí-Jaled en el año 1114 cuando conoció La Peña y  estableció desde entonces el sitio de oración de La Laxar árabe.

Por último, tenía que conocer su energía enigmática, ya que fue un centro de culto religioso cuya romería lleva celebrándose desde el siglo XVI. Imagínate decir que eres de un pueblo que lleva casi 500 años celebrando su romería. 

Y todo esto, ¿de dónde vendrá influenciado? Observando el nombre de la Peña de Arias Montano veo esos dos apellidos, así que recurro a internet para conseguir información sobre quién fue la persona Arias Montano. Y hallando dicha información averigüé que fue un teólogo preceptor de Felipe II, un miembro honorable de la corte y que estuvo vinculado al Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial como bibliotecario.  E indagando un poco más vi una información super interesante. Benito Arias Montano fue un teólogo y humanista que llegó a la Peña en el año 1553 a meditar. Viendo este paisaje yo también me sentaba a meditar, sinceramente. 

Cuando Benito Arias Zambrano obtuvo el patronato sobre la ermita decidió reedificarla con una casa y estudio con vides, huerta de frutales y paseos con una diversidad de parras y árboles. A los alrededores de la ermita decidió acondicionar un antiguo manantial que había descubierto. Creó la llamada “Fuente de la Peña” con un camino amplio y adornado al estilo de las villas rústicas y jardines manieristas italianos. Benito Arias Montano, entre muchas de sus inquietudes, quiso al parecer que la Peña fuese una recreación de la visión de los artistas flamencos del retiro de San Jerónimo, movimiento muy seguido en la Europa del siglo XVI. Su influencia fue tal que acabó asignando sus apellidos al lugar, siendo finalmente la Peña de Arias Montano. Parece ser que hizo mucho por el legado de la Peña.

Una curiosidad de Benito Arias Montano fue que también había sido editor de la Biblia políglota, astrólogo y alquimista. Por eso, me dirigí a prestar atención al conjunto de cuevas situadas en la zona y visitar alguna de las mismas: Cueva de la Virgen, Cueva de la Verja, Cueva del Lago Seco, Cueva de la Higuerita, El Palacio Oscuro, Cueva de Los Caracoles, Cueva de la Fuente y La Sillita del Rey. 

Finalmente, uno de los aspectos culturales más importantes de este lugar fue que la Peña se constituyó como un centro de culto mariano de primer orden con la devoción a Nuestra Señora Reina de los Ángeles. Fue fundada en 1528 una hermandad que celebra una romería que aún sigue estando vigente cada 8 de septiembre, la romería de la Reina de los Ángeles. Es tal su influencia que no solo llegan gente del municipio o la comarca, también personas de toda la provincia de Huelva, Sevilla, Badajoz y hasta de Portugal.

Con toda mi curiosidad saciada llegué a una conclusión tras haber vivido esta magnífica experiencia: La Peña de Arias Montano es mucho más que una puerta a la naturaleza. Es una puerta a otras épocas, un portal tras el que conocer otras culturas y pensamientos. Es un pozo de sabiduría que ha ido llenándose a lo largo del tiempo y que ahora está para que cualquier mente curiosa eleve sus sentidos. ¡Recomiendo al 100% que visites este lugar!

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